EL PROCESO MÁS VALIOSO Y OLVIDADO
¿Cómo te sientes? le pregunto a los integrantes de los equipos con quienes he trabajado recientemente; más del 60% ha contestado: “estresado”. Al indagar un poco me han contado que están experimentado dolores de cuello, de espalda, de cabeza, fatiga, preocupación, ansiedad, enojo, entre otras cosas. Aunque esto no fue nuevo para mi, ya que el estrés es parte de nuestro día a día y del lenguaje laboral común, me pregunto ¿cómo podemos desempeñarnos de manera eficiente en nuestro trabajo, sintiéndonos como nos sentimos?
Hoy quiero compartir contigo acerca un proceso biológico que es indispensable para nuestra vida: LA RESPIRACIÓN.
Nuestra respiración es un acto tan básico que realizada adecuadamente se convierte en una manera maravillosa de calmarnos en medio del caos y de cambiar nuestros estados emocionales, pero ¿qué sabemos de la respiración y cómo podemos beneficiarnos de ella para sentirnos mejor, reducir los niveles de estrés y hacer mejor nuestro trabajo?
Ser consientes de la respiración es el primer paso para gestionar mejor el estrés y en general los estados emocionales perturbadores, a través de una respiración correcta, podemos lograr un estado de relajamiento, cambiando así el enfoque de atención: preocupaciones y/o factores estresantes vs. respiración.
¿Cómo es una respiración eficaz?
Cuando vivimos en estrés, respiramos corto, sólo con la parte alta de los pulmones, lo que no garantiza una oxigenación óptima y el cuerpo no puede eliminar dióxido de carbono de manera suficiente para la salud. Para muchas personas esta respiración es la más común, sin embargo, con esta respiración, superficial hasta cierto punto, la parte más baja de los pulmones no recibe una porción completa de aire oxigenado, esto puede hacernos sentir tensos, sin aliento y ansiosos.
Por otra parte, la respiración profunda conocida como diafragmática o abdominal, es más eficaz a la hora de buscar un estado de mayor bienestar. Cuando respiramos profundamente el aire que entra por la nariz, llena completamente los pulmones y la parte inferior del abdomen se eleva; de esta manera llega más oxigeno a las células y el sistema nervioso se relaja.
En un artículo publicado en la Escuela de Medicina de Harvard se proponen los siguientes pasos para lograr una respiración profunda:
- Siéntate cómodamente y respira normal (también puedes permanecer de pie).
- Inhala lenta y profundamente por la nariz, permitiendo que el pecho y la parte inferior del abdomen se eleven a medida que llenas los pulmones. Deja que tu abdomen se expanda (si eres una persona que contrae los músculos abdominales para cuidar la figura, date permiso de vez en cuando para relajarlos y permitir la respiración profunda).
- Aguanta la respiración contando hasta 10.
- Exhala lentamente por la boca.
Puedes practicar esta respiración durante 5 minutos varias veces al día hasta que se convierta en un hábito, y si quieres relajarte rápidamente, extiende los brazos hacia abajo a los lados del cuerpo, a medida que inhalas profundamente estira los brazos hacia arriba y afuera formando una V, luego al momento de exhalar baja los brazos lentamente.
Este es un ejercicio tanto de respiración como de estiramientos, puedes practicarlo cuantas veces quieras, te garantizo que sentirás tu cuerpo tranquilo y relajado.
Aunque sabemos que cuando hemos sido rebasados por el estrés es necesario buscar formas para gestionarlo y un buen punto de partida es valor al poder que tiene la respiración, si bien, no podemos evitar el estrés en nuestras vidas, lo que si podemos hacer es desarrollar formas más saludables de responder a él y la respiración profunda es una manera muy eficaz para lograrlo.
Convierte la respiración profunda en una práctica regular en tu vida, te sentirás muy bien, reducirás el nivel de tu estrés y te desempeñarás mejor.
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