¿ES POSIBLE SER MÁS FELICES CON LO QUE HACEMOS Y TAMBIÉN MEJORAR EL DESEMPEÑO?

Desde hace ya casi 5 años vengo trabajando en el desempeño basado en fortalezas. Una de las cosas que más me ha sorprendido en los procesos que he realizado, es cómo se expresan las personas ante el descubrirse talentosas. Pongo el ejemplo de un gerente que hace una semana me dijo: “No sabía que pudiera tener talentos, no podía verlos, pero ahora me siento muy contento y único”, esta expresión es muy común, pero lo que me resulta más revelador es que cuando las personas se saben talentosas, sus haceres cotidianos cambian rápidamente porque la mirada hacia sí mismas se transforma.

Concentrarse en las fortalezas -y gestionar las debilidades- no siempre es fácil, de hecho, supone un desafío, ya que hemos aprendido que para lograr los objetivos, personales y organizacionales, es necesario enfocarnos en las debilidades. Basada en mi experiencia con gran cantidad de líderes y equipos, constato, una y otra vez, que cuando las personas se saben talentosas y usan sus fortalezas todos los días, son más felices y también más productivas; surge en ellas una especie de contento en lo profundo, que es imposible no manifestarlo de alguna manera.

Ya en otro artículo expuse los beneficios del desempeño basado en fortalezas, tanto para las personas como para las empresas (Fortalezas: nueva mirada y mejores resultados), ahora comparto tres recientes descubrimientos que ha hecho Gallup al analizar más de 25 millones de evaluaciones de fortalezas, aquí los datos más significativos:

  • La raza, el género y la nacionalidad no definen casi en nada las fortalezas de una persona, sólo los patrones por edad son más relevantes, ya que las fortalezas se forman con el tiempo, en un proceso de desarrollo, por lo que existe un perfil de talentos más diferenciado entre las personas con más edad y las más jóvenes. ¡Cada persona es única! esto nos recuerda la importancia de centrarnos en el individuo y no hacer suposiciones a partir de características demográficas identificables. 
  • Las fortalezas afectan el desempeño del equipo, pero el efecto es más fuerte cuando los miembros del equipo conocen sus CliftonStrengths. Los equipos en los que por lo menos el 90% de los empleados conocen sus fortalezas tienen un compromiso superior, esto tiene un mayor resultado cuando las y los gerentes entrenan con CliftonStrengths en mente, con conversaciones significativas y una mentalidad de crecimiento.
  • Una filosofía basada en fortalezas mejora el compromiso de los empleados para obtener resultados de desempeño más sólidos. En este sentido, los haceres cotidianos de las y los gerentes cobra relevancia; quienes se enfocan en conversaciones productivas y de desarrollo con los miembros de su equipo, les ayudan a identificar los éxitos pasados y los capacitan hacia la repetición del desempeño, están posibilitando una orientación hacia lo que hacen mejor, construyendo relaciones que involucran y, posteriormente, mejoran el desempeño.

Estos datos muestran que es posible cambiar la forma de hacer lo que hacemos, de transformar la cultura de los lugares de trabajo, de ser más felices con lo que hacemos y también de mejorar el desempeño. Pero, ¿por dónde iniciar para que esto suceda en los lugares de trabajo donde aun no se está enfocado en las fortalezas?

  • Identificando los propios talentos, aprécialos e invirtiendo en ellos hasta convertirlos en fortalezas para usarlas todos los días.
  •  Si eres dirigente de empresa, familiariza a los líderes y miembros de los equipos con los principios del desempeño basado en fortalezas.
  • Si eres líder de un equipo, identifica sus talentos y acompáñalos en el entendimiento y uso continuado de los mismos, en sus haceres cotidianos.

Recuerda: cuando las personas usan sus principales fortalezas en el trabajo, todo es más fácil, divertido y mucho más gratificante emocionalmente… y además, se saben con un potencial ilimitado.